¿Qué libros debería leer un político (o un peatón, es decir,
un ciudadano medio) para entender el mundo actual? Cuatro expertos responden a
esa pregunta.
» Economía. Luis Perdices de Blas, catedrático
de Historia del Pensamiento Económico de la Universidad Complutense, recomienda
dos títulos que, dice, puede leer un lector culto sin ser economista. El
primero es Por qué fracasan los países, de Daron Acemoglu y James
A. Robinson, “imprescindible” porque trata del “marco institucional adecuado
—Estado, derecho de propiedad, seguridad en los contractos, etcétera—” para que
se produzca el crecimiento económico. “Además, expone las teorías que no
funcionan para explicar el atraso económico. No hay una receta para el
crecimiento, pero el libro argumenta bien lo que no ha funcionado”. El segundo
es Keynes vs. Hayek, de Nicholas Wapshott, en el que, añade
Perdices, se expone con claridad el debate entre intervención pública y libertad
económica: “Keynes y Hayek vivieron y sufrieron la crisis de 1929, que tiene
algunos rasgos parecidos a la actual. Los economistas empleamos las teorías de
Keynes o Hayek —con algunos matices y actualizaciones— en nuestras
argumentaciones”.
» Historia. Isabel Burdiel, catedrática de
Historia Contemporánea en la Universidad de Valencia y premio Nacional en 2011
por su biografía de la reina Isabel II elige un solo título: Postguerra,
del desaparecido Tony Judt, un titánico recorrido (1.200 páginas) por la
historia de Europa desde 1945 en el que el rigor no impide la claridad. “Ahora
que se impone el modelo asiático”, dice Burdiel, “el libro de Judt es una
perfecta explicación de lo que perdemos: el pacto social y político posterior a
la II Guerra Mundial”.
» Geopolítica. Profesora de Estudios Árabes e
Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid y premio Nacional de Traducción
el año pasado, Luz Gómez García propone dos títulos para entender un mundo que
no se acaba en Occidente. Empieza con un clásico publicado en 1978, Orientalismo,
de Edward Said, que “cuestiona la configuración de un Oriente a la medida de
los intereses occidentales, en particular en lo referente al mundo árabe”. Con
Said, explica, “se abrió la puerta a la descolonización del conocimiento. El
término orientalista ya es parte de la cultura contemporánea lo
mismo que kafkiano”. Su otra recomendación es un libro traducido en
España hace solo unos meses: Las naciones oscuras. Una historia del
Tercer Mundo, de Vijay Prashad: “Cuenta la historia de un mundo que no pudo
ser: en medio de la guerra fría, las naciones que buscaron vías de desarrollo
independientes vieron cómo las hegemonías capitalista o comunista bloqueaban
cualquier posibilidad de futuro alternativo”.
» Filosofía y literatura. La recomendación de
Jordi Llovet, catedrático de Teoría de la Literatura de la Universidad de
Barcelona, es múltiple, pero contundente: “Hoy cualquier político debería leer
a los chinos, sus pensamientos, su poesía, todo, porque son los que van a
mandar mañana. Y luego, Del espíritu de las leyes, de Montesquieu
(para que entiendan la importancia de la separación de poderes), el Tratado
sobre la tolerancia de Voltaire (para que sepan respetar al vecino) y Los
papeles póstumos del Club Pickwick, la novela de Dickens (para que tengan
sentido del humor)”.
» Internet. Para comprender los pros y contras
del ciberespacio, el especialista en cultura digital José Antonio Millán
recomienda dos ensayos recientes: Sociofobia. El cambio político en la
era de la utopía digital, de César Rendueles (“Twitter no ayudará a hacer
la revolución: el ciberfetichismo nos mantendrá distraídos en vez de en
acción”), y Big data. La revolución de los datos masivos, de los
autores Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth Cukier (“Lo que estamos diciendo
sobre nosotros en la Red, y cómo lo van a usar”). Enlace
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