La K es la letra menos frecuente en un texto medio en
español: solo se usa el 0,01% de las veces. Es incluso menos frecuente que la Q
(0,02%) y la X (0,22%). De hecho, apenas ocupa tres páginas del diccionario, de
la 1298 a la 1300 de la edición más reciente. Pero lo importante no es la
cantidad, sino la calidad, aunque tengamos que escribirla con C y no con K.
Como se puede ver, muchas de las palabras son extranjeras o
neologismos con ayuda del griego clásico, hasta el punto de que se ha propuesto
su sustitución por la C y la Q. De hecho, no estuvo en el diccionario de la RAE
entre 1815 y 1869. No ha ayudado a su fama su uso y abuso en los sms. Entre los
romanos tenía esa reputación de extranjera, al ser considerada cosa de griegos.
De todas formas, la hemos acogido con tanto cariño que nadie escribe quilómetro
o quilogramo, por ejemplo, a pesar de que también son correctas.
Kabuki. Género teatral japonés que combina actuación y
declamación y en el que los papeles femeninos son representados por hombres.
Karst. Paisaje de relieve accidentado, con grietas y crestas
agudas, originado por la erosión química en terrenos calcáreos.
Kastila. En filipinas, español, tanto la persona como la
lengua. Viene de Castilla.
Kermés. Fiesta popular, al aire libre, con bailes, rifas,
concursos, etc. También, el lugar donde se celebra una kermés. Su tercera
acepción es pintura o tapiz flamenco, generalmente del siglo XVII, que
representaba fiestas populares.
Kirieleisón. Canto de los entierros y oficios de difuntos.
"Cantar el kirieleisón" significa pedir misericordia.
Kohl o kohol. Cosmético para ennegrecer los bordes de los
párpados, las pestañas o las cejas.
Kufiya. Tocado beduino masculino formado por un paño
cuadrado doblado en forma de triángulo y a veces sujeto por una banda o aro. La
kufiya palestina.
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