viernes, 29 de abril de 2016

Autoras de teatro contemporáneas

  • El CDN estrena en una sola temporada de forma insólita siete obras de autoras vivas


El Centro Dramático Nacional (CDN), la mayor institución pública teatral del país, ha programado esta temporada siete obras escritas por mujeres vivas. La mayoría jóvenes, alrededor de los 30 y 40 años. Un hecho insólito, pues la dramaturgia, como muchos otros oficios y disciplinas, ha estado siempre dominada por hombres. En las últimas décadas las autoras visibles en España han sido islas: Lluïsa Cunillé, Angélica Liddell, Itziar Pascual, Carmen Resino, Yolanda Pallín, Lourdes Ortiz, Paloma Pedrero, la propia Laila Ripoll y unas pocas más. Desde que se creó el Premio Nacional de Literatura Dramática, en 1992, solo lo han logrado tres: Cunillé, Liddell y Ripoll.


De izquierda a derecha, de pie, las dramaturgas Lucía Carballal, Denise Despeyroux, Carolina África y Laila Ripoll. Sentadas, Lucía Miranda, María Velasco y Carolina Román.
De izquierda a derecha, de pie, Lucía Carballal, Denise Despeyroux,
Carolina África y Laila Ripoll. Sentadas, Lucía Miranda, María Velasco y Carolina Román. 
















Lourdes Ortiz, cuya obra Aquiles y Pentesilea está justo ahora en cartel en el CDN, es la 
más veterana de las programadas por la institución y quizá por ello la más optimista. Ha visto muchos cambios positivos en su larga trayectoria. “Hay varios fenómenos que han contribuido al auge de las mujeres y nos permiten pensar que estamos mejorando. Sobre todo ha influido la creación de la especialidad de dramaturgia en los estudios de arte dramático, pues en las aulas casi siempre hay más mujeres que hombres”, opina.

Laila Ripoll, que este año no ha estrenado en el CDN pero fue la primera autora viva en ser programada en esta institución (Los niños perdidos, en 2005), es más pesimista: “Se nos sigue tratando como a menores de edad. Siempre da la sensación de que cuando nos llaman se cubre el expediente, el ‘cupo’. Por otra parte no podemos prescindir de las cuotas. Mientras no haya paridad, son necesarias”. “Quizá empezamos a tener más visibilidad, pero seguimos siendo una excepción a la regla. Por eso toda iniciativa que tenga que ver con la igualdad de oportunidades me parece más que necesaria”, coincide Carolina Román, que en este momento tiene dos obras en cartel en Madrid, Adentro en el CDN y Río seguro en el Teatro del Barrio.

De las mujeres, en las artes escénicas, se suele esperar que sean actrices, no directoras ni mucho menos dramaturgas. Por eso quizá ellas mismas ni siquiera pensaron de entrada que pudieran serlo. Y por eso tal vez ha habido menos históricamente. “Me ha ocurrido en varias ocasiones que un periodista o en algún acto donde he sido invitada se han referido a mí como actriz. Imagino que esas personas iban con prisas, no habían leído mi currículum y asumieron que era actriz. Y es curioso, pero cuando empecé quería ser actriz. Quizá porque no tenía referentes de autoras”, explica Lucía Miranda, programada en el CDN con su obra Nora, 1959.

Denise Despeyroux, que esta temporada ha despuntado con varios estrenos como Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales, también quería ser actriz. “Siempre quise dedicarme al teatro, pero en un principio jamás se me ocurrió ser escritora. Los escritores eran hombres”, recuerda. Defiende también que se exija la paridad en las instituciones: “Fui jurado de la tercera edición del laboratorio de escritura teatral de la SGAE. El porcentaje de mujeres que presentaron proyectos era altísimo, no había ninguna razón para que la selección fuera tan desproporcionada (cinco hombres y una mujer). Tal vez cabe observar que yo era la única mujer en el jurado y que a nadie le preocupó este asunto más que a mí”.

¿Qué se ha perdido el público por la escasez de estrenos de obras de mujeres? ¿Una mirada diferente, otra perspectiva? “La historia de la literatura, del teatro, del cine… es eminentemente masculina, no podemos llegar a imaginar hasta qué punto esto ha condicionado la visión que todos tenemos del mundo. Como sociedad merecemos una cartera de narradores lo más variada posible. Buenos, por supuesto, pero también diferentes entre sí. Aquí entra la cuestión de género, pero también la racial y de clase”, opina Lucía Carballal, que presenta este mayo en el Teatro del Barrio de Madrid su obra A España no la va a conocer ni la madre que la parió y en junio Los temporales en el CDN.



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