La letra C y la G tienen el mismo origen: la gimel de los fenicios, árabes y hebreos. Su forma derivaría del jeroglífico egipcio con forma de honda. En los textos latinos tempranos, la C, la K y la Q se usaban para los sonidos /k/ y /g/. La C es también la nota do en notación anglosajona y la velocidad de la luz en física.
Es la décima letra más frecuente en español y está presente en un 4,68% de las palabras, incluidas algunas tan bonitas como las que siguen a continuación:
Cachopo. Tronco seco y hueco de árbol. Efectivamente, ninguna mención alfilete empanado con queso típico de Asturias y en los últimos años tan popular como el vermut y el gintonic con ensalada. Una nueva prueba de que en ocasiones el diccionario va muy por detrás de la sociedad.
Cacoquimio, mia. Dicho de una persona: Enferma de tristeza. En medicina, también es la caquexia (o desnutrición extrema).
La variedad de estaturas más bien indicaba los grados de robustez o cacoquimia que los años transcurridos desde que vinieron al mundo. El mal comer y el peor vestir pasaba sobre todos un triste nivel.
La desheredada, de Benito Pérez Galdós.
Cacosmia. Término médico para el olor fétido, por un lado, y para la alteración del sentido del olfato, que causa una percepción anormal de los olores, por otro.
Cadejo. Parte del cabello muy enredada que se separa para desenredarla y peinarla. También es una madeja pequeña de hilo o seda, o un conjunto de muchos hilos para hacer borlas u otras obras de cordonería. Se trata de un cruce de cadarzo y madeja. También es un animal legendario de Centroamérica, que sería un perro grande y fantasmal.
Caganidos. Es el último pájaro nacido en la pollada y, por asimilación, el hijo último de una familia. También es una persona enclenque o raquítica.
Camandulero. Hipócrita, astuto, embustero y bellaco.
Camastrón, na. Persona disimulada y doble que espera oportunidad para hacer o dejar de hacer las cosas, según le conviene.
Francisco Umbral escribía en El PAÍS en 1982 con motivo de la nueva legislación laboral: “La reducción de la jornada laboral a cuarenta horas semanales no supone que esto vaya a ser un socialismo camastrón y un relajo”. Y añadía, en una frase aún válida hoy en día: “Bastan menos horas si se trabaja de verdad, con lo que no sólo habrá mejorado el producto bruto nacional, sino también la conciencia, la estructura ética del trabajador”.
Carrancudo. Cuellierguido, tieso de carácter, orgulloso.
Catacaldos. Persona entremetida. También, persona que emprende muchas cosas sin fijarse en ninguna.
Cazcalear. Andar de una parte a otra fingiendo hacer algo útil.
Cenaoscuras. Persona huraña y también persona que por tacañería se priva de las comodidades regulares.
Algunos decían que su aspecto era siniestro, pero sería más acertado decir que en su cara representábase diáfanamente el cenaoscuras que estaba hecho.
Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo.
Chilindrina. Cosa de poca importancia. Anécdota ligera, equívoco picante, chiste para amenizar la conversación. También, chafaldita, que es una pulla ligera e inofensiva. (Esta vale doble).
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