Elena Horrillo
¿Por qué en casi todas las frases hechas en español
referirse a la izquierda es algo negativo salvo en la expresión “tener mano
izquierda”? Esa lógica pregunta se hacía una de las alumnas francesas de
Alberto Buitrago, autor del libro Diccionario
de dichos y frases hechas y profesor de español para extranjeros en la
Universidad de Salamanca. Se le escapaba la excepción de esta locución que nace
del toreo, donde el diestro toma el capote con la zurda.
“En el fondo este tipo de expresiones son las que distinguen
a un buen hablante de una lengua, el hecho de que sepas utilizarlas y sobre
todo que seas capaz de encajarlas en el contexto adecuado”, asegura Buitrago
que, además de recogerlas en su libro, las enseña en sus clases por
considerarlas fundamentales. Para hacerlo, es imprescindible ponerlas “siempre
en contexto y muchas veces jugando con el sentido literal”. Las confusiones,
cuenta, son muy habituales; no es lo mismo estar hecho polvo que echar un polvo,
y es que encajar estas frases correctamente es un verdadero reto que hay que
tomarse con paciencia y humor.
A buenas horas,
mangas verdes
Es una de las expresiones más oídas por los impuntuales,
vistan del color que vistan. Se utiliza para decirle a alguien, no solo que
llega tarde, sino que lo hace completamente a destiempo, cuando la película ya
ha empezado, el bar ha cerrado o cualquiera que sea el propósito de la cita ya no
tiene ningún sentido. Para averiguar su origen hay que remontarse a tiempos de
los Reyes Católicos y conocer a los cuadrilleros de la Santa Hermandad,
considerados uno de los primeros cuerpos policiales organizados de Europa. Su
uniforme se componía de un chaleco de piel y una camisa verde por lo que se les
conocía como mangas verdes y su fuerte no era precisamente llegar y pillar a
los delincuentes in fraganti.
Cada palo que aguante
su vela
Según la definición de un Diccionario Marítimo Español de 1861, este modismo se refiere a “que
cada uno desempeñe su encargo, por grave que sea, sin querer echarlo a hombros
ajenos”. En lenguaje marítimo, señalaba que los distintos palos que hay en una
embarcación deben sujetar sus correspondientes tipos de vela y no otros.
De higos a brevas
Esta expresión es la forma frutícola y un poco enrevesada de
decir de tarde en tarde, apuntando al tiempo que pasa entre que una higuera dé
brevas -finales de junio- y que ofrezca higos -finales de agosto-. Porque sí, ambos
frutos salen del mismo árbol solo que en diferentes cosechas; la breva son
higos que no llegaron a madurar la temporada anterior y se mantuvieron
aguardando los primeros calores del año.
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