La RAE y 22 academias de la lengua publican el diccionario con más entradas (93.111)
Tiene más americanismos (19.000) y es el más depurado de sexismo
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José Manuel Blecua, director de la RAE |
La nueva edición del diccionario fue presentada el jueves 16
de octubre en la sede de la RAE por José Manuel Blecua, director de la
Academia; y los académicos Álvarez de Miranda y Humberto López Morales,
secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
La 23ª edición (la última fue en 2001), más polifónica y
policéntrica que nunca, llega justo para cerrar con broche la celebración del
tricentenario de la Real Academia Española (RAE). Es la suma de varias
modificaciones que se han hecho estos 13 años. Una obra con varios cambios en
su fondo y forma, asegura Pedro Álvarez de Miranda, académico y director del
proyecto. “Aspira a ser panhispánico, ha eliminado muchas entradas y depurado
acepciones, tiene novedades en su presentación con un esfuerzo en la
modernización lexicográfica, más claridad en la organización interna gramatical
referida, por ejemplo, a las acepciones, marcas sobre origen de la palabras o
si es despectivo, malsonante o coloquial, y que, por primera vez, se imprime en
papel semibiblia”.
¿Será el último diccionario en papel? Álvarez de Miranda
dice que no lo saben porque todavía “le puede quedar cierto futuro, aunque sea
minoritario. Si hay un número considerable de personas que lo quieran ¿por qué
no hacerlo? Pero la edición electrónica, vigente desde 2003, se seguirá
actualizando como se ha hecho desde 2004. A comienzos de 2015 se podrá
consultar en Internet.
Se trata de una obra cuyo embrión data de 1726 cuando la
RAE, creada en 1713, editó el primer volumen del Diccionario de Autoridades que
concluyó en 1739. Hasta que en 1780 nacería el primero de la serie del
Diccionario de la Lengua Española o Diccionario de la Real Academia (DRAE), que
registró 46.000 artículos. Desde entonces se han publicado 23: tres en el siglo
XVIII, diez en el XIX, ocho en el XX y dos en lo que va del siglo XXI.
La Academia, insiste Álvarez de Miranda, es notaria de la
realidad, no la crea, y no juzgan el empleo del lenguaje: “Es un tema que
siempre está sobre el tapete y no podemos ceder a todos los requerimientos que
se hacen en nombre de lo políticamente correcto porque sería falsear la
realidad”. Recuerda que la lengua sirve para muchas cosas, entre esas la
descalificación, la denotación de realidades negativas. “No podemos edulcorar
la lengua para así edulcorar una realidad que no siempre es dulce y que tiene
sus aristas negativas. El lexicógrafo que registra palabras de este tipo no
está bendiciéndolo ni incitando a nadie a nada. Se limita a cumplir con su
obligación: reflejar la realidad de la lengua”, explica el académico. “Había definiciones mejorables y es lo que
hemos hecho, pero eso no quiere decir que el resultado sea un producto
absolutamente aséptico y ajustado a los cánones de una corrección política
extrema ni mucho menos”.
Entre las acepciones más polémicas y retocadas se encuentran
algunas de las siguientes palabras: de femenino han desaparecido los adjetivos
débil y endeble. De masculino desaparece, varonil y enérgico. (Sin embargo, en
los artículos de débil y fuerte se señala que hay sexo débil y sexo fuerte). De
gallego se elimina la definición de tonto y tartamudo. De gozar la acepción de
“conocer carnalmente a una mujer”. De huérfano, que antes se refería a una
persona menor edad a quien se le había muerto el padre y la madre o uno de los
dos, “especialmente el padre”, se ha quitado esa coletilla. De rural se ha
eliminado la acepción de “inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas”. De
chusma, que estaba definida como conjunto de gente soez, se ha cambiado por
“conjunto o multitud de gente grosera o vulgar”.
Entre las que se conservan están judiada. 1. Coloquial. Mala
pasada o acción que perjudica a alguien). Gitanada. f. Trapacería. Sudaca,
conserva la marca de despectivo, coloquial y España que tenía desde 2001 para
referirse a los sudamericanos. En el caso de marica se reordenaron las
acepciones, se quitaron unas palabras y se incorporaron otras y se aclara que es
malsonante y despectivo, aunque ahora puede continuar la polémica. Antes una de
las acepciones decía: Hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo. Ahora dice:
1. Femenino. 2. Dicho de un hombre: Apocado, falto de coraje, pusilánime o
medroso. 3. Dicho de un hombre homosexual.
Una de las acepciones que “más guerra dio”, dice Álvarez de
Miranda, fue incorporar la segunda de matrimonio para recoger el matrimonio
entre parejas del mismo sexo.
PALABRAS DE AMÉRICA
19.000 acepciones
Esta es la seña de identidad más global de esta 23ª edición
del Diccionario de la Lengua Española que alcanza un total de 19.000 artículos
o palabras procedentes del continente latinoamericano y el mundo hispano de
Estados Unidos. Las condiciones mínimas para ser aceptadas era básicamente que
dicha palabra o acepción fuera usada en por lo menos tres países. De lo
contrario podía haber una inflación de americanismos que ya están contenidos en
el Diccionario de Americanismos publicado en 2010 (tiene 70.000 entradas y
120.000 acepciones). Tras la palabra propuesta por una o varias de las 22
academias estas debían sustentar y documentar su uso. Una vez la palabra
quedaba fijada, la RAE la envió a las academias respectivas para que la
ratificaran o hicieran las enmiendas respectivas.
Entre los americanismos
aceptados están:
amague. (De amagar). m. 1. Arg., Bol., Méx., Par. y Ur.
Indicio o señal de algo que finalmente no llega a suceder. ‖ 2. Ec., Guat.,
Nic. y P. Rico. Gesto que indica la intención de hacer algo.
amigovio, via. (Fusión de amigo y novio). m. y f. coloq.
Arg., Méx., Par. y Ur. Persona que mantiene con otra una relación de menor
compromiso formal que un noviazgo.
apunamiento. (De apunarse y -miento). m. Arg., Bol. y Chile.
mal de montaña.
basurita. (Del dim. de basura). f. Arg., Chile, Ec., Guat.,
Hond., Méx., Nic., Pan., Par., Ur. y Ven. Partícula de suciedad, especialmente
la que se introduce en el ojo.
bicicletería. f. Arg., Par., Perú y Ur. Establecimiento
donde se venden o reparan bicicletas.