domingo, 15 de junio de 2014

El ‘fracking’ lo inventaron los romanos

  • No estaría mal tomar del latín sus términos sobre la destrucción del subsuelo

Las Médulas (León), ejemplo del romano
 ruina montium, que hoy esconden tras
el anglicismo fracking  
No parece inocente que a una técnica inventada por los romanos hace 2.000 años la llamemos fracking. Esta palabra esconde otras posibles y enmascara el verdadero significado de lo que nombra.
La acción referida por tal anglicismo consiste en fracturar el subsuelo inyectando agua y sustancias químicas para causar así la afloración de gas. Ese procedimiento cuenta con la oposición de los grupos ecologistas, temerosos de que se dañen los acuíferos y de que aumente la tensión en las fallas geológicas.
¿Cómo lo llamaban los romanos? Ellos disponían de los verbos frangodiffringo y refringo (cuyos participios eran fractus, diffractus y refractus), que compartían en líneas generales los significados de “romper”, “despedazar”, “fraccionar”, “rasgar” y “forzar”. El origen más remoto de todos ellos lo imaginamos en el indoeuropeo bhreg, del que derivarán tanto broken en inglés como “brecha” en español y del que saldrá “fractura” (evidente familiar de “fragmento” y de “infringir”). De esta línea dinástica forma parte fracking.
Vista general de Las Médulas
Sin embargo, aquella gente del siglo I prefirió designar esos trabajos mineros con unas expresiones más ligadas a sus consecuencias: arrugia (“galería”), voz prerromana de la que procede nuestro “arroyo” […], y ruina montium (“derrumbe de los montes”; o “derrubio”: erosión mediante el agua). […]
Algunos periodistas escriben ahora la palabra inglesa aunque enseguida deban aclarar que se refieren a una “fractura hidráulica”. En efecto, a fracking le falta la idea del agua, que se puede reflejar en español con un solo vocablo porque tenemos al alcance de la mano el elemento compositivo “hidro”, de origen griego, destinado a expresar fenómenos relacionados con el agua: hidromasaje, hidroavión, hidrofobia, hidratación...
Y la acción de introducir algo a presión se llama “inyectar”, de donde obtenemos el sustantivo “inyección”.
Por tanto, cualquier persona que hable español con cierta competencia sabrá entender qué significan “hidroinyección” o “hidrofractura” […].
[…]
Tampoco estaría mal volver la vista hacia los romanos y recuperar del latín aquellos sustantivos precisos que se referían a la destrucción de las montañas y a la creación de vías de agua para socavar la tierra. Es decir, el derrubio, el derrumbe, la ruina. Eso también es el fracking.

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