miércoles, 30 de diciembre de 2015

Refugiado, palabra del año 2015

Refugiado es la palabra del año 2015 para la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA.

Tras elegir escrache en 2013 y selfi (la adaptación a la ortografía española de la voz inglesa selfie, sin e final) en 2014, el equipo de la Fundación ha optado en esta ocasión por refugiado, un término que no es nuevo pero que ha marcado de forma decisiva la actualidad informativa del año que termina.

«El concepto que define la palabra refugiado ha generado muchísimas dudas y debates entre los profesionales del periodismo, pues estos han sido muy conscientes de la importancia de ser extremadamente rigurosos a la hora de denominar a los miles de personas que huyen de un conflicto bélico frente a aquellas otras que buscan en otro país las posibilidades de vida que en el suyo no encuentran», explica el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller, quien añade que «el  interés que ha despertado este término y las muchas preguntas de periodistas que han llegado a la Fundéu pidiendo un aclaración revelan, además, la preocupación de estos profesionales por escribir con precisión».

«En la Fundación creemos, por tanto, que refugiado cumple las condiciones que le pedimos a la palabra del año: que haya estado en las noticias y en las conversaciones en el 2015, que tenga además un cierto interés desde el punto de vista lingüístico y que sea un término común a todo el ámbito hispanohablante, no propio solo de un país o región. Que sea un término nuevo o no, no resulta relevante para nuestra decisión», explica el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller.

«La primera condición es, por desgracia, obvia: en todo el mundo, pero en particular en Europa, la crisis de los refugiados, su tragedia, ha sido noticia a lo largo del año y es muy probable que lo siga siendo mientras las causas que desencadenan la huida de millones de personas de Siria, Irak, Libia y otros países no cesen». Desde el punto de vista lingüístico, la Fundación creyó la necesidad de aclarar  la diferencia de significado entre refugiado e inmigrante.

Como criterio general y según las definiciones del Diccionario académico, inmigrante es todo aquel que llega a un país para establecerse en él. Si nos referimos a esta persona desde la perspectiva no de quien entra en un país, sino de quien abandona el propio, estaremos hablando de emigrante.

Y migrante es un término más general que incluye a ambos y es más frecuente en el español de América.

Desde un punto de vista lingüístico, y con independencia de la definición precisa establecida en derecho internacional, un refugiado es aquel que ‘se ve obligado a buscar refugio fuera de su país a consecuencia de guerra, revoluciones o persecuciones políticas’.




martes, 15 de diciembre de 2015

¿Por qué la poesía es importante?

 DIC 2015 
por 
Chema Madoz
La poesía es un texto breve que usa imagines y metáforas y leerlas asiduamente obliga a una reflexión sistemática, no solamente lingüística en términos formales, sino que también interpretativa, que nos hace conscientes de lo que significa el uso del lenguaje, ya que cada interpretación tendría que ser acompañada al menos de dos preguntas: ¿cuáles son los elementos que la sustentan y cómo puedo verificar que mi interpretación sea válida? La primera pregunta nos ancla en el texto mismo y la línea de asociaciones, que le da estructura al poema. La segunda nos lleva al autor, a sus técnicas, tradiciones, estilo, problemas e historia.
Leer poesía es prepararse en el método de la hermenéutica y, al conocerla, nos adentramos en todos los campos que conciernen la interpretación del significado. La diferencia entre un lector en sus inicios y otro más sofisticado es sobre todo el método, la capacidad de contextualizar y aclarar las cosas que consideramos ambiguas o de doble sentido.

Insultos en el DRAE rapeados


Leo libros

lunes, 7 de diciembre de 2015

Eliminar o asesinar


Portada de 3 de mayo de 2011
No es la primera vez que se acude al participio “eliminado” en relación con acciones de Estados Unidos contra dirigentes terroristas. Lo escuchamos tras la muerte de Bin Laden. Se usó así para el ametrallamiento de un hombre desarmado la misma palabra que oímos cuando un tenista no pasa a la siguiente ronda de un torneo.

3 de mayo de 2011

Edición digital de 10 de diciembre de 2015
Escoger el verbo “eliminar” en la acción contra Bin Laden y sus secuaces implica sin remedio que se desechan otros. El primero de ellos, “asesinar”. Y también “acribillar” o, simplemente, “matar”. Y siempre en ausencia de propósitos como “detener” y “juzgar”.

No parece coherente decir que Bin Laden o Abu Musab al Zarqaui fueron “eliminados” si no se ha utilizado ese mismo verbo para referirse a los atentados de los GAL (cuyas vinculaciones con cargos del Ministerio del Interior fueron demostradas en juicio).

“Asesinado” y “eliminado” son vocablos sinónimos según el sentido moderno de este último, pero no reflejan el mismo pensamiento. El primero condena; el segundo comprende. Por tanto, la elección sobre su uso entraña un juicio, que a su vez puede ser enjuiciado. Y una hipotética doble vara de medir sugiere que alguien analiza cada caso a tenor de sus intereses, y no en función de una ética general que se aplica con equidad para hechos similares.


Todo doble rasero necesita un doble lenguaje, y parece que aquí tenemos un buen punto de partida para reflexionar al respecto.

Extracto del artículo a Álex Grijelmo. El artículo completo Terroristas eliminados