María de Zayas y Sotomayor nació en Madrid en 1590 y
cuando murió Góngora, en 1627, ya había escrito ocho de sus comedias, que aún
tardarían 10 años más en publicarse y hubo de ser en Aragón porque un dictamen había prohibido en Castilla la publicación de novelas y comedias. Por aquellos años,
le daban a la pluma los autores más conocidos por todos los escolares: Miguel
de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina, Calderón de la Barca.
Pero casi nadie conoce el ingenio de María de Zayas, “la primera española que
escribe y publica un libro de ficción con su nombre”, asegura el profesor
Julián Olivares, encargado del estudio de su obra y de esta edición publicada
por la Universidad de Zaragoza, dos volúmenes con el título de Honesto y entretenido sarao. Beatriz
Bernal publicó en Valladolid un libro de caballerías, Cristalián de
España, en 1545, pero bajo el anonimato. Otra desconocida. El teatro se
ocupa también ahora de rescatar a Zayas. Una versión de Nando López que dirige
Ainhoa Amestoy llevará a Cáceres, en junio, y al Festival de Teatro
Clásico de Almagro, en julio, sus Desengaños amorosos.
Olivares, profesor emérito de la Universidad de
Houston, valora el arrojo de Zayas, que redacta “el primer
manifiesto femenino que declara el derecho de la mujer no solo a escribir un
libro, sino a publicarlo”.
No era fácil entonces. Zayas
se inició como poeta en academias de Madrid. Su poeta favorito era
Lope, pero aquellos autores no ayudaban mucho a las damas escritoras a sacar
cabeza, bien al contrario: “La influencia de estos era muy negativa; en sus
novelas y comedias era recurrente la misoginia, la crítica y la mofa hacia las
mujeres”, dice Olivares. Hubo, sin embargo, algunos que quisieron colaborar al
éxito de Zayas, por ejemplo Pérez de Montalbán o Alonso de Castillo Solórzano,
de cuya pluma, cree Olivares, salió el par de páginas que preceden a la primera
parte de las “maravillas”, donde se la alaba sin bridas: “Un claro ingenio de
nuestra nación, un portento de nuestras edades, una admiración de estos siglos
y un pasmo de los vivientes, […] la señora María de Zayas, gloria de Manzanares
y honra de nuestra España”.
Julián Olivares ya hizo una edición de estas obras en 2000,
que publicó Cátedra. Y antes se interesaron por María de Zayas (que murió sobre
1650) las
escritoras Margarita Nelken, en 1930, o Emilia
Pardo Bazán, en 1900, por poner solo unos ejemplos de la enorme
bibliografía que cita Olivares en esta edición. Muchos, españoles y
extranjeros, han mostrado alto interés por esta autora del Siglo de Oro que
tanto tiempo ha estado ausente de las escuelas. El texto completo en El País
Ellas, que escriben: “Si esta materia de que nos
componemos los hombres y las mujeres, ya sea una trabazón de fuego y barro, o
ya una masa de espíritus y terrones, no tiene más nobleza en ellos que en
nosotras; si es una misma la sangre, los sentidos, las potencias y los órganos
por dónde se obran sus efectos, son unos mismos... porque las almas ni son
hombres ni mujeres: ¿qué razón hay para que ellos sean sabios y presuman que
nosotras no podemos serlo?
Ofensas: “Ni comedia se representa ni libro se
imprime que no sea en ofensa de las mujeres”.
Tiranía: No hay “más respuesta que su impiedad o
tiranía en encerrarnos y no darnos maestros. La verdadera causa de no ser las
mujeres doctas no es defecto del caudal, sino falta de aplicación [...] Y
cuando no valga esta razón para nuestro crédito, valga la experiencia de
nuestras historias y veremos, por ellas, lo que hicieron las mujeres que
trataron de buenas letras”.
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