Álex Grijelmo | El País | 11 AGO 2013
En un principio, “comparecencia” y “comparecer” se aplicaban a quien acude ante el juez o ante un superior al que se rinden cuentas; más tarde se añadió el Parlamento, y siempre se comparecía después de ser convocado o llamado.
En el último tramo de este trayecto semántico, a los dos poderes anteriores (judicial y legislativo) se ha incorporado otro, “el cuarto poder”: la prensa. Pero no se comparece ya por iniciativa ajena. Así como el juez y el Parlamento convocan, los periodistas son convocados. El compareciente no es llamado, sino que llama. A su voluntad y a su antojo. Leer más
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