En la fórmula 1 o en moto GP o incluso en los 1.500 metros se trata de correr lo más deprisa posible, y por eso las vueltas más rápidas se prefieren a las menos rápidas. O sea, aquellas son mejores. Así que podríamos traducir “Fastest lap” con solo dos vocablos, ni uno más que en inglés, como “mejor vuelta”, en lugar de la traducción habitual, “vuelta rápida”, cuya traducción correcta es “vuelta más rápida”.
Eso sí, recuerden ustedes que conseguir la mejor vuelta no
resulta sencillo: es incompatible con la sanción de parar y arrancar (o sea, el
stop and go), o con la de pasar y seguir (que queda más elegante con los
términos drive through; ea, que siga recto por la calle de
talleres…, el mismísimo pit lane). Y tampoco conseguiremos la
mejor vuelta de la jornada si en ese momento se produce un accidente y aparece
el coche de seguridad (diga safety car si no quiere que le tomen
por un inculto).
Otros inconvenientes para obtener la vuelta más rápida se
derivan del creciente granulado de las ruedas, especialmente las lisas (vamos a
ver: el graining de los slicks), y de los
fallos de adherencia (o problemas con el grip).
Y si nos pasa todo eso en la jornada
de clasificación (que también podría llamarse “de calificación” si pusiéramos
notas a los pilotos), no habrá manera de lograr la mejor posición de salida (o pole
position; no confundir con la pool position, que
sería una posición de piscina), y en ese caso más nos valdría regresar al
taller (o box); o tal vez volvernos a la caravana (que aquí se
llama motorhome para no confundirla con las de la operación
salida), o simplemente desahogarnos dando una vuelta por la explanada (que en
este caso denominaremos paddock para que nadie se crea que nos
referimos a cualquier otra que pueda quedar cerca).
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