jueves, 23 de noviembre de 2017

Dime qué palabras usas y te diré a qué generación perteneces

Cuando al autorretrato se le llamaba autorretrato,
Frida Khalo pintó el suyo
De los pololos a las hombreras. Solemos creer que es la moda la que define cada generación. En realidad, "son nuestras palabras las que nos visten", explica Mar Abad, autora del libro De estraperlo a #postureo (VOX). Ha recopilado los términos más representativos de las últimas cuatro generaciones en España.

En la generación silenciosa (aquellos nacidos en los años 20 y 30 del siglo pasado) se podían ganar unas "perras chicas" siendo "paragüero" o "afilador". Y las muchachas "peripuestas" vestían "pololos".

Los baby boomers, nacidos en las décadas de 1940 y 1950, iban en Vespa a los "guateques" luciendo sus mejores "niquis".

La generación X (nacidos en los 1960 y 1970) se llenó de "yuppies" sintiéndose "guay" porque hacían "footing". A otros les parecía "dabuten" darlo todo bailando a ritmo de "bakalao".

Los millennials (nacidos en los 80 y 90) se hacen "selfis" para olvidar que, con suerte, llegarán a ser "mileuristas".

Y al autorretrato se le llamó selfi
Hay cosas que no cambian. De las revistas que enseñaban a las mujeres a estar siempre guapas -"peripuestas"-, hemos pasado a los tutoriales de belleza en YouTube.

Viajar a través de las palabras nos permite confirmar que la sociedad también avanza de forma cíclica. El vocabulario de la generación silenciosa quedaba marcado por el hambre ("estraperlo", "puchero") y por la moral de la época ("pecaminoso", "descocarse"). Ahora se habla de "precariado" y "ninis" y las nuevas reglas morales también conquistan el lenguaje ("poliamor", "sexting"). Los términos que inventan sirven para referirse a los mismos temas. Mientras tanto, dos generaciones intermedias como los baby boomers y los X se han centrado en términos más relacionados con el consumo, el hedonismo y la apertura de las comunicaciones: "molar", "guay", "buga" y "emoticonos".

Al hacer un glosario para cada una de estas generaciones, la periodista se ha dado cuenta de que, curiosamente, son los jóvenes los que siempre definen el nuevo vocabulario. "[La adolescencia y primera juventud] es el momento en la vida en que buscamos independizarnos de nuestros padres. Tener nuestros propios códigos garantiza esa autonomía", explica.

Lo que es coloquial en una generación termina convirtiéndose más adelante en vocabulario habitual. "Solo que cada vez ocurre más rápido", dice.  Antes de internet, "esa evolución era muy lenta y dependía del boca a boca y de los medios de comunicación". Con las redes sociales "se ha acelerado el proceso" y ya no hace falta esperar ni una sola generación. Más en El País


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