martes, 4 de abril de 2017

'Crowdfunding'

Esta palabra inglesa está formada por tres segmentos: crowd, que puede significar “muchedumbre” o “colectivo”; el nombre común fund, que se traduce por lo general como “fondo” o “fondos” en su sentido económico; y el sufijo -ing, que sirve, entre otras funciones, para formar sustantivos que reflejan una acción. Por todo ello, cabe traducir crowdfunding como “financiación colectiva”.

Pero “financiación” se puede usar lo mismo para el caso de sufragar los gastos de un amigo que para la inversión en una empresa; y por eso la equivalencia mejor en español en lo referente a las microdonaciones políticas quizás sea “colecta”.

“Colecta” se define en el Diccionario como “recaudación de donativos voluntarios, generalmente para fines benéficos”, y por tanto se puede aplicar a todo tipo de causas (civiles o religiosas) a beneficio de alguien o de algo. En cambio, “cuestación” se ha ceñido a la caridad: “Petición o demanda de limosnas para un objeto piadoso o benéfico”.
A esas dos opciones cabe añadir “micromecenazgo” si se trata de aportaciones a fondo perdido con interés cultural; y “microinversiones” si se busca un término que evoque una financiación de la que se espera retorno. Quizás un poco largas ambas palabras, sí, pero sin duda de mayor facilidad prosódica y de mejor escritura que crowdfunding para la mayoría de los hispanohablantes.


Ese anglicismo, como tantos otros, sirve para formar un léxico pretendidamente moderno. Extracto del artículo de Álex Grijelmo publicado en El País

Microfinanciación (colectiva), alternativa a crowdfunding, publicado en la Fundación del Español Urgente (Fundéu)

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