lunes, 7 de diciembre de 2015

Eliminar o asesinar


Portada de 3 de mayo de 2011
No es la primera vez que se acude al participio “eliminado” en relación con acciones de Estados Unidos contra dirigentes terroristas. Lo escuchamos tras la muerte de Bin Laden. Se usó así para el ametrallamiento de un hombre desarmado la misma palabra que oímos cuando un tenista no pasa a la siguiente ronda de un torneo.

3 de mayo de 2011

Edición digital de 10 de diciembre de 2015
Escoger el verbo “eliminar” en la acción contra Bin Laden y sus secuaces implica sin remedio que se desechan otros. El primero de ellos, “asesinar”. Y también “acribillar” o, simplemente, “matar”. Y siempre en ausencia de propósitos como “detener” y “juzgar”.

No parece coherente decir que Bin Laden o Abu Musab al Zarqaui fueron “eliminados” si no se ha utilizado ese mismo verbo para referirse a los atentados de los GAL (cuyas vinculaciones con cargos del Ministerio del Interior fueron demostradas en juicio).

“Asesinado” y “eliminado” son vocablos sinónimos según el sentido moderno de este último, pero no reflejan el mismo pensamiento. El primero condena; el segundo comprende. Por tanto, la elección sobre su uso entraña un juicio, que a su vez puede ser enjuiciado. Y una hipotética doble vara de medir sugiere que alguien analiza cada caso a tenor de sus intereses, y no en función de una ética general que se aplica con equidad para hechos similares.


Todo doble rasero necesita un doble lenguaje, y parece que aquí tenemos un buen punto de partida para reflexionar al respecto.

Extracto del artículo a Álex Grijelmo. El artículo completo Terroristas eliminados

No hay comentarios:

Publicar un comentario