- La explosión creativa de la novela gráfica conquista espacios antes vedados al tebeo
- 25 joyas del cómic español del siglo XXI
Se traducen más obras españolas que nunca. Se organizan
exposiciones en museos (el IVAM le ha abierto las puertas de par en par). Las
librerías generalistas venden cómics y la prensa (no solo especializada) habla
de ellos. Se adaptan al cine. Hay un año referencial: 2007. Ocurren algunas
cosas. El Ministerio de Cultura crea el Premio Nacional de Cómic, que se
estrena distinguiendo a un viejo rockero, Max, por las historietas de Bardín, el Superrealista (La Cúpula).
Miguel Gallardo publica María y yo,
donde cuenta unas vacaciones con su hija autista, con un trazo minimalista que
atenúa la crudeza. Paco Roca relata la vida de un enfermo de alzhéimer en Arrugas. Aunque ambos ya habían
publicado novelas gráficas -Gallardo, leyenda del underground por Makoki, fue
un precursor de la memoria histórica con Un
largo silencio en 1997-, estas se convierten en fenómenos comerciales, con
versión cinematográfica incluida. Más en Babelia.
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