jueves, 29 de octubre de 2015

Regreso a la casa de Bernarda Alba

El Ayuntamiento de Valderrubio compra y restaura la propiedad que inspiró el drama



A Federico García Lorca la inspiración no le vino del cielo, sino de la tierra y del pozo medianero que compartían en el pueblo, pared con pared, sus tías y la familia de Frasquita Alba. Así se lo confesó el poeta al entonces embajador chileno, Enrique Morla Lynch, que tuvo el privilegio de escuchársela entera, de viva voz, cuando Federico se paseaba con el manuscrito por todo Madrid en 1936: "Hay, no muy distante de Granada, una aldehuela en la que mis padres eran dueños de una propiedad pequeña. En la casa vecina y colindante a la nuestra vivía una viuda de muchos años que ejercía una inexorable y tiránica vigilancia sobre sus hijas solteras. Prisioneras privadas de todo albedrío, jamás hablé con ellas, pero las veía pasar como sombras, siempre silenciosas y siempre vestidas de negro. Ahora bien, había en el confín del patio un pozo medianero, sin agua, y a él descendía para espiar a esa familia extraña cuyas actitudes enigmáticas me intrigaban. Y pude observarla. Era un infierno mudo y frió en ese sol africano, sepultura de gente viva bajo una férula inflexible de cancerbero oscuro. Y así nació La casa de Bernarda Alba, en que las secuestradas son andaluzas, pero como tú dices, tienen quizás un colorido de tierras ocres mas de acuerdo con las mujeres de Castilla".
Los Alba, los Roldán y los García eran las familias pudientes de la Vega granadina. Que un descendiente de aquel triunvirato terrateniente pusiera en solfa las vergüenzas de los demás no sentó bien. Les unían conflictos de negocios y lindes, pero también parentescos. De Federico, además, les separaban unas fuertes convicciones tradicionalistas frente al lejano cosmopolitismo y los rumores de homosexualidad que acompañaban al poeta. Así que para las familias contrincantes, el conocimiento de que había escrito un drama tan directamente inspirado en sus vidas, les hizo levantar el hacha de guerra. Hasta el punto de alentar su asesinato.

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