miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡Entra, estás en casa!


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Librerías, libreros y vendedores de libros

 El País27 NOV 2013

De librerías

Elvira Lindo
Hay seres humanos que venden libros. Y hay libreros. Los libreros también son seres humanos que venden libros, pero han de sumar otras cualidades que definen su noble oficio. Sin ellas, el librero es un farsante. Por ejemplo, si usted va a una librería y pregunta por James Salter y el dependiente se encoge de hombros y le dice, ni idea, se trata de un ser humano que vende libros, pero no de un librero.
La librera de raza, el librero fetén, son seres que leen por vicio pero también por el prurito de hacerse imprescindibles en la vida de sus clientes. El librero puede llegar a ser tan importante en nuestra vida como el boticario. Con eso lo digo todo. El librero no se lee todos los libros de principio a fin (es humano), pero domina la técnica de la lectura en diagonal, y algunos libros los encara de esta manera, es decir, los cata, como los buenos fruteros. Suele acertar. Lo que sí sabe leer un buen librero es el estado de ánimo del cliente, ya digo, como el boticario, así que le prescribirá un libro que mejore su mal. Eso es algo que, por ejemplo, Amazon, que no es un ser humano aunque venda libros, no sabe calibrar. Leer más

Diccionario y mujeres

 27 NOV 2013

Qué difícil tarea tiene la Real Academia. Su Diccionario incluye unas cuantas definiciones machistas, pero muchas de ellas responden al uso de los hablantes durante siglos. Tales significados deplorables para una persona cabal de nuestro tiempo se desparraman por la historia del idioma español, de modo que un cambio en la definición actual nos impediría comprender en qué sentido usaron ese término los personajes o los autores de cientos de obras magistrales.
Hoy nos vemos incapaces de decidir si nos importa más la muerte del padre o de la madre. Sin embargo, la precisión de que un huérfano es aquel que ha perdido el padre o la madre, pero “especialmente el padre” (introducida en 1970) quizá respondía a la influencia de la sociedad española de los años cincuenta y sesenta, cuando casi todas las familias dependían en exclusiva de los ingresos paternos. Leer más

lunes, 25 de noviembre de 2013

Diccionario, palabras y sexismo

 |El País24 NOV 2013 | Leer el texto original

Algunas de las acepciones más denostadas por su sesgo machista desaparecerán de la nueva edición (23ª) del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) que se publicará en 2014. Ya no será más huérfano quien pierda al padre que a la madre. Lo femenino no equivaldrá a débil y endeble, ni lo masculino a varonil y enérgico. Tampoco babosear tendrá entre sus variadas definiciones la de “obsequiar a una mujer con exceso” (aunque esta se enmendó durante una de las cinco actualizaciones realizadas desde 2001, cuando se publicó la 22ª edición del DRAE).
En las casi 93.000 entradas que recogerá la nueva obra (5.000 más que la actual) se incorporarán enmiendas en los nombres de profesiones o actividades que desempeñan mujeres. Entre otras, tendrán lema doble: alfarero, -ra, camillera, -ra, cerrajera, -ra, enterrador, -ra, herrero, -ra, picapedrero, -ra, costalero, -ra o soldador, -ra. Otras pasan a ser un nombre común en género, esto es, un término con masculino y femenino según el contexto, que sirve para unas y otros sin necesidad de alterar la terminación (el/la concertino, el/la submarinista o el/la guardabosque).
Según su director, el académico y catedrático de Lengua española, Pedro Álvarez de Miranda, se trata de que el Diccionario “sea mejor, no menos machista, sino de que lo que diga sea verdad. Parece que solo actuamos a instancias de parte y no es así… no se cambia por protestas sino porque no es verdad. Lo que no se puede pretender es cambiar la realidad a través del Diccionario. Si la sociedad es machista, el Diccionario la reflejará. Cuando cambia la sociedad, cambia el Diccionario”, añade.
Para Eulàlia Lledró, catedrática de Lengua y Literatura de secundaria,  el DRAE “está a años luz de la sociedad. Arrastra una inercia que parece que les gusta. Una de las misiones del Diccionario es reflejar la realidad. Si lees las definiciones de madre, padre o huérfano verás que no la reflejan. El androcentrismo y el sexismo son tópicos que contravienen la realidad”.
En1992 la RAE publicó la vigésimo primera edición del Diccionario sin enmendar ninguna de las definiciones que la realidad estaba sobrepasando a toda prisa, como periquear (“disfrutar de excesiva libertad la mujer”) o gozar (“conocer carnalmente a una mujer”), que había figurado en la versión de 1780 (“gozar de una muger: tener congreso carnal con ella, consintiendo ella o padeciendo violencia”) y luego desaparecido. Y aunque en su haber figuraron entradas como jueza, concejala o machismo, siguió resistiéndose a incluir médica. Un término con una extraña evolución: se registra en el canon lexicográfico de 1925 (“mujer que se halla legalmente autorizada para profesar y ejercer la medicina”) y se destierra de ediciones posteriores hasta 2001.

“Les cuesta menos introducir cambios que tienen que ver con las profesiones que con aspectos relativos a lo físico, lo moral o lo sexual”, asegura Lledó. “El Diccionario tiene que reflejar la realidad y toma nota de lo que pasa del uso al desuso. Pero el Diccionario no puede acelerar el proceso”,defiende Álvarez de Miranda. Por ejemplo, sexo débil “podría estar cerca de la necesidad de tener una marca de vigencia porque probablemente hoy se usa poco, pero en la próxima versión saldrá sin marca”. En 2014 se conservarán las acepciones de sexo débil como “conjunto de las mujeres” y sexo fuerte o feo como “conjunto de los hombres”. Otra herencia sexista del siglo XX.
Algunas de las siguientes acepciones del Diccionario de la Real Academia Española serán modificadas en la edición, que se publicará a finales de 2014.
Huérfano. Dicho de una persona de menor edad: a quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.
Gozar. Conocer carnalmente a una mujer.
Cocinilla. Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
Periquear. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.
Cancillera. Cuneta o canal de desagüe en las lindes de las tierras labrantías.
Edén. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.
Hombre. Ser animado racional, varón o mujer. / Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
Mujer. Persona del sexo femenino. / Que tiene las cualidades consideradas
femeninas por excelencia.
Femenino. Débil, endeble.
Masculino. Varonil, enérgico.
Padre. Varón o macho que ha engendrado. / Cabeza de una descendencia, familia o pueblo. / Padre de familia: jefe de una familia aunque no tenga hijos.
Madre. Hembra que ha parido. / Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Extranjero o inmigrante? Depende

Llamamos extranjero a un alemán o a un canadiense, pero inmigrante a un rumano o un marroquí

 El País | 24 NOV 2013

CR: ¿Extranjero? ¿Inmigrante
Cristiano Ronaldo no recibe el apelativo de “inmigrante”, sino el de “extranjero”, pese a que técnicamente cumple los requisitos del inmigrante. Lo mismo sucede con el brasileño Mazinho, instalado en España tras su paso por el Celta. A su compatriota Diego Costa incluso le ha propuesto el seleccionador de fútbol, Vicente del Bosque, que se vista de rojo. No adjudicamos tampoco la palabra “inmigrante” a los altos ejecutivos alemanes, franceses o italianos de BMW o de Crédit Lyonnais o de Telecinco que dirigen esas empresas en España.
¿Extranjeros? ¿Inmigrantes? ¿Españoles?
“Inmigrante” se define en el Diccionario de la Real Academia así: “Que inmigra”.
Y en “inmigrar” (del latín immigrare) leemos: “Dicho del natural de un país: llegar a otro para establecerse en él, especialmente con idea de tomar nuevas colonias o domiciliarse en las ya formadas”.
Dejando al margen que la definición tal vez necesite un retoque, entendemos que serían inmigrantes un alemán o un canadiense que se integraran en sus respectivas colonias establecidas en España (el Diccionario no dice si han de ser grandes o pequeñas); lo mismo que un ecuatoriano o un rumano que vienen a buscarse la vida de obra en obra. Pero la aplicación de la palabra, a los unos sí y no a los otros, refleja la distinta mirada con que los observamos.Leer más

martes, 19 de noviembre de 2013

Mentir contando verdades

 El País17 NOV 2013

Supongamos que usted y yo hemos quedado para comer (y pagamos a escote, por supuesto). Yo llego tarde a la cita, así que me disculpo de esta manera: “Siento haber llegado tarde. Había una manifestación en mi barrio”. De tal modo, usted no tiene más remedio que entender que la manifestación ha causado mi retraso. Y sin embargo yo no había dicho eso.
La manifestación existía, en efecto, pero discurrió por una zona alejada del trayecto que yo debía seguir hasta el restaurante.
Si alguien me acusase de mentir por haber dado esa explicación, siempre podría responder que solo dije lo que dije: que había una manifestación en mi barrio.
Y eso se puede denominar “mentir contando hechos verdaderos”. Leer más

La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013

LAURA G. TORRES | RTVE | 19 NOV 2013



Elena Poniatowska
La escritora Elena Poniatowska Amor, nacida en París pero con nacionalidad francesa y mexicana de 81 años, ha sido galardonada con el Premio Cervantes 2013, el más importante de las letras hispánicas y considerado el Nobel español.
Es la cuarta mujer que consigue este galardón, que en sus 38 años de vida solo había recaído en tres ocasiones en una autora: las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992).
Además, este año se ha vuelto a cumplir la regla no escrita que reparte alternativamente, cada año, el galardón entre Latinoamérica y España, por lo que en 2013 debía otorgarse a un escritor latinoamericano, ya que en la pasada edición recayó en el escritor español José Manuel Caballero BonaldLeer más y vídeos
Premio Biblioteca Breve 2011



domingo, 10 de noviembre de 2013

Palabras que matan para hacernos más obedientes

Hay palabras que matan



Juan Torres. Universidad de Sevilla
[...] Cuando se utiliza la expresión austeridad para referirse a las políticas de recortes no es por casualidad. Con ella se genera un sentimiento de culpa que genera sumisión porque interpreta la pérdida de derechos que conllevan como la consecuencia inevitable de nuestro gasto previo excesivo. Además, la inmensa mayoría de las personas consideramos la austeridad como un valor positivo, así que cuando se utiliza esa palabra asociada a una determinada política económica se está consiguiendo que se dé por buena con independencia de lo que lleve consigo, de su contenido real.

La evidencia empírica muestra que si la deuda que se quiere combatir con recortes sociales se ha disparado no ha sido por culpa de haber tenido muchos gastos corrientes (concretamente en educación, sanidad, cuidados o pensiones públicas que son las partidas que se recortan) sino porque se pagan intereses leoninos y totalmente injustificados a los bancos privados, y las encuestas nos indican que casi un 80% de la población no desea que se realicen esos recortes. Pero cuando se asocian a la palabra austeridad se aceptan fácilmente porque se considera que esta es lo natural y deseable frente al despilfarro o derroche que cualquier persona decente condena. La palabra, casi por sí sola, transforma la realidad y condiciona nuestra conducta.

Algo parecido ocurre también con la palabra déficit cuando se refiere a la prestación de los servicios públicos. Si nos dicen que la sanidad o las pensiones públicas o una televisión autonómica o un servicio municipal tienen déficit, inmediatamente pensamos en algo negativo y condenable, en que han gastado más de lo debido y que, por tanto, hay que recortarlos o incluso renunciar a ellos.

Pero la realidad es que las actividades o servicios que se financian en el marco de un presupuesto público no pueden tener déficit o superávit en sí mismos. Pueden tenerlos los Presupuestos Generales del Estado, los de una comunidad autónoma o de un Ayuntamiento, pero no sus diferentes partidas o conceptos.

Lo mismo que no tendría sentido ninguno decir que la jefatura del Estado o la policía es deficitaria, tampoco lo tiene decirlo de la justicia, la sanidad, la educación, las pensiones o de una televisión pública. Salvo que queramos performar la realidad para convencer de que la monarquía o la policía o cualquier otro servicio público es muy caro, que gasta en exceso y que, por tanto, es prescindible o que sus recursos deben disminuir.

Sin que apenas nos demos cuenta, usamos palabras que matan porque nos hacen creer lo que no es para hacernos así más obedientes.

Ningún servicio público tiene déficit sino que, en todo caso, tiene financiación insuficiente. Y la tienen porque una parte privilegiada de la sociedad no quiere contribuir a financiarlos como demuestra que solo aplicando las medidas que proponen los técnicos del Ministerio de Hacienda para combatir el fraude fiscal se recaudaría prácticamente la misma cantidad (38.500 millones de euros) que van a suponer los recortes sociales de este año.


Pero es evidente que no tiene el mismo efecto político utilizar una expresión u otra. Si oímos a cada instante que lo público es deficitario se pedirá que se recorte, si se hablase de su escasa financiación, se reclamarían más recursos, obligando a que los de arriba, y no solo los de abajo, se rasquen también el bolsillo.

Insultos

ÁLEX GRIJELMO El País |10 NOV 2013
Decimos “tarambana” y pronunciamos, en efecto, cuatro veces la misma vocal para referirnos a una persona de poco criterio. La reiteración de la letra a parece muy productiva. Al hombre rudo y tosco se le llama “ganapán”. “Mangarrán” (perezoso) se emplea en el norte, y “charlatán” por todas partes. A un estúpido le dicen “soplagaitas”. Y al informal, “cantamañanas”. Y para el achulado y de mal gusto se usa “macarra”. Al que rehúye el trabajo lo tachan de “haragán”; y a quien se enoja con facilidad, de “cascarrabias”. La persona simple y crédula puede ser un “papanatas”; y el sinvergüenza y frescales, un “bandarra”.
Entre los bisílabos, al retrógrado se le tilda de “carca”; y el que no da ni una saldrá incluso bien librado si alguien lo define como un “manta”. La reiteración de la a aparece igualmente en “gañán” o en “patán”, en ambos casos personas zafias: y también en “mandria”: un inútil.
El pelele. Goya
Lo mismo sucede con la frecuencia de la e. “Petimetre” define a quien se obsesiona con las modas, Y al entremetido y de poco provecho le llaman “mequetrefe”. El navarrismo “menerre” censura al inútil. Al débil que no sirve para un trabajo físico se le clasifica como “enclenque”. Y la persona manejable es un “pelele”.
La letra o, por su parte, resulta mucho más rotunda: “Tonto”, “bobo”, “tosco”, “ñoño”, “soso”, “glotón”, “fofo”… Al que es más simple que el mecanismo de un lapicero se le adjudica la voz “zolocho”; y al hombre que parece no enterarse de nada pero no se descuida en su provecho, “zorrocloco” (muy extendida en Canarias). Y al irrelevante se le considera un “zorrocotroco”.
La i tiende a señalar lo pequeño o despreciable (nimio, ínfimo…), y con esa idea se relaciona al “chisgarabís”. El que pone reparos de poquísima monta es un “tiquismiquis”. Y a quien carece de importancia el diccionario le llama “mindundi”.
Por supuesto, no todos los insultos populares se basan en esas eufonías. También existen “estúpido” o “idiota” o “gilipollas”. Y quizás por ello parecen más fuertes.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Si no quieres ser una cáscara de pipa escupida por el sistema, LEE.


El artista-activista chino Ai Wewei




Carme Riera se sienta en el ‘n’ de la RAE

 El País 8 NOV 2013

Carme Riera
Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948), la octava mujer que lee un discurso de ingreso en la RAE en sus 300 años de historia, aunó ayer dos pasiones para presentarse ante los académicos: la literatura de viajes y Mallorca. En un un acto presidido por la princesa Letizia, y al que asistió Ferrán Mascarell, consejero de cultura catalán, la escritora y catedrática de Literatura española en la Universidad Autónoma de Barcelona recordó con humor y ternura los difíciles comienzos de su relación con las letras hasta que la Sonatina de Rubén Darío acudió en su rescate. “Fui una niña torpe, a la que las monjas no conseguían enseñar a leer. Exhaustas, avisaron a mi madre de mis dificultades. Mi padre, al que eso de tener una hija tonta de capirote debía de fastidiarle mucho, intentó encontrar un método distinto al del parvulario”.
El método Sonatina funcionó. A Riera le encandilaron palabras que nada le decían pero tintineaban en sus oídos, como libélula o argentina. “A partir de aquel momento puse todo mi empeño en aprender a leer y en pocos días lo conseguí (…) Fue sin duda una de las mejores cosas que me han pasado en la vida”, destacó. Leer más

sábado, 2 de noviembre de 2013

José María Merino, Premio Nacional de Narrativa por "El río del Edén"

AGENCIAS 25.10.2013
El escritor José María Merino ha obtenido el Premio Nacional de Narrativa por su novela "El río del Edén", una historia de amor, traiciones y deslealtades en la que también cobra protagonismo la naturaleza, "impávida" e indiferente ante cuanto sucede en ella.
José María Merino Sánchez nació en A Coruña en 1941, aunque se le identifica con León, pues allí vivió un largo periodo de su vida, hasta que se trasladó a Madrid. Ha sido colaborador de la Unesco para Hispanoamérica y director del Centro de las Letras Españolas (Ministerio de Cultura). Es miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
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