- La lengua común multiplica por cuatro los flujos comerciales entre dos países
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Fernando Vicente |
Una de las grandes obras emprendidas para tomar la
temperatura del español en el mundo acaba de culminar. Han sido 14 tomos los
que la conforman bajo el título Valor económico del español. En el último tomo, a modo de conclusión con los
anteriores, se comprueba la rentabilidad y expansión multiplicadora de un
idioma común. "El flujo comercial entre los países hispanohablantes
aumenta cuatro veces con respecto a otros y siete en el caso de las inversiones
directas", comenta José Luis García Delgado, catedrático de Economía
Aplicada de la Complutense, e impulsor de la investigación.
La lengua ha multiplicado por tres el factor de atracción
para quienes deciden buscar trabajo en España, un fenómeno que ha quedado de
manifiesto, sobre todo, entre 1995 y 2005, cuando se produjo el mayor trasvase
de personas desde el otro lado del Atlántico. Otros factores, como el
educativo, también resultan determinantes en el ámbito europeo: España es el
primer país de destino para los universitarios con beca Erasmus de los 32
países que integran el programa, con un 17% del total.
Pero quedan retos. Junto a la comunicación científica está
la necesidad de aumentar las cualidades del mismo en países como Estados
Unidos. “En las grandes ciudades se domina y está continuamente presente a pie
de calle, pero no es un idioma que se hable por igual en los despachos de las
empresas”, asegura García Delgado. Esta preocupación, dotar al español de un
estatus cualitativo equivalente al cuantitativo, estuvo en el ánimo del
Instituto Cervantes para abrir el Observatorio del Español en la Universidad de
Harvard.
Más influencia
Se constata que el peso del número de los hispanohablantes
no se correspondía con la influencia en las altas esferas que un idioma tan
mayoritario. "Actualmente son 50 millones de habitantes los que hablan
castellano en Estados Unidos. Más que en España. Pero ese aumento demográfico
se va a frenar, lo mismo que en esta etapa parece que puede ocurrir con el
flujo migratorio, por eso resulta fundamental consolidarlo", comenta
García Delgado.
Los hispanohablantes se encuentran en una fase crucial de
expansión del idioma. “El avance del proceso de globalización económica y el
incesante despliegue de la sociedad del conocimiento revalorizan, en nuestro
tiempo, las lenguas de comunicación internacional, imponiendo a la vez desafíos
a todas ellas en virtud de la homogeneización cultural que corre en paralelo”.
“En el caso del español, una lengua marcada desde su mismo origen por una
vocación integradora y de apertura, se asiste hoy a una nueva fase de su largo
proceso de internacionalización, acaso el cuarto peldaño en la trayectoria
expansiva de una lengua milenaria”.
Las empresas punteras en las que el idioma ha resultado un
valor fundamental, según el estudio, pertenecen a ámbitos muy variados. “La
primera es la industria editorial. Pero también, en el caso de las españolas,
predominan las de energías renovables, infraestructuras o farmacia y
agroalimentarias. En el caso de construcción de autopistas, no sólo se circunscriben
a realizar las obras, también a su gestión posterior. Ahí, el dominio del
idioma es básico”, cuenta el profesor García Delgado.
Segundo idioma
Los elementos de medición que han permitido al estudio
verificar la fuerza e influencia del idioma han sido determinantes. “Para
calcular los factores que llevan a cabo la decisión de invertir en una zona u
otra, se manejan elementos como la distancia, los precios, la competitividad.
Al preguntar por el idioma, los indicadores aumentaban de manera determinante.
A la hora de invertir, un elemento como la lengua común puede aumentar las
posibilidades siete veces más. No sólo en las grandes empresas, preparadas para
introducirse en cualquier tipo de mercado. Sobre todo en las medianas”, añade.
En cifras, el español es la segunda lengua más hablada del
mundo por el número de personas que la tienen como materna: lo hablan como
primera o segunda lengua 450 millones. Superan los 550 si añadimos a aquellos
que la emplean como lengua extranjera.
La capacidad de compra de los hispanohablantes representa el
9% del PIB mundial y el español genera el 16% de valor económico del PIB y del
empleo en España. Entre estas destaca el llamado Factor ñ, es decir, las compañías que utilizan su creación de
contenidos en español entre las industrias culturales: suponen un 2,9 % del
producto interior bruto de la economía española.