Un equipo de científicos españoles, armados de georradares y termografía infrarroja, inicia la búsqueda de los restos del escritor bajo la madrileña iglesia de las Trinitarias
Los huesos no podrán ser analizados por su ADN, al no quedar descendencia directa
Fachada de la iglesia de las Trinitarias en la calle Lope de Vega (Madrid) donde se encuentra el sepulcro de Cervantes. / CARLOS ROSILLO |
Este lunes, 28 de abril de 2014, al cabo de cuatro siglos, el novelista universal Miguel de Cervantes, quien fuera rescatado de sus captores otomanos por 500 escudos en Argel en 1580, espera un rescate postrero: el de sus restos mortales. Pero no van a ser frailes trinitarios quienes acometan su segunda liberación. En esta ocasión va a ser un prestigioso equipo científico el que intente recuperar lo que pueda quedar de los despojos del genial escritor.
El georradarista Luis Avial, el antropólogo forense Francisco Etxeberría y el historiador Fernando Prado emprenden a partir de ahora la primera fase, la de detección, que será seguida de otras de excavación y análisis, encaminadas al hallazgo de los restos, sepultados hace cuatro siglos en el interior del antiguo templo del convento de las Trinitarias, entre las calles de las Huertas y de Lope de Vega de Madrid. Leer más
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