Foto de Jesús Alberto Pérez Castaños https://www.facebook.com/jesusalberto.perezcastanos |
Un instante más y, quizá, hubiera pasado a través del cristal, pero… “No sabes nada de nada”, se oía a la Duquesa. “¡Que le corten la cabeza!”, la Reina imponía su voz encolerizada. No eran días fáciles para Alicia. Esta vez el Rey la encerró, atónito y justo antes de que a él le diera otro soponcio, en la habitación del espejo con la vieja gata Dina, el gatito blanco y el gatito negro. Nevaba desde muy temprano.
Lo ocurrido aquella tarde ante el espejo, cuando se
encontró encaramada sobre la repisa de la chimenea mientras le hablaba al
gatito negro, ya lo contó, a su manera, el reverendo Dogson.
Genial
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