- La literatura ha construido una ciudad universal con pedazos
del Marrakech de Elias Canetti, el París de Benjamin, el México de Gruzinski, Los Ángeles de Mike Davis, o la Nueva York de García Lorca y de José Hierro
"Ahora vuelo a 1971, a Los Ángeles del arquitecto Reyner
Banham, pope del pop inglés en los años cincuenta del pasado siglo, amigo de la
tecnología, la ciencia-ficción, la publicidad, el mercado de usar y tirar,
Estados Unidos. En Los Ángeles, “fábrica de los sueños de Occidente”, lo
esperaba “una arquitectura del instante en una ciudad al instante”, muchos
estilos distintos, copiados, importados, explotados, abandonados en el espacio
que abarca la memoria de una persona. Si los cuenteros de Marrakech encantaron
a Canetti, a Banham lo embrujó la floración pop de las arquitecturas efímeras:
fachadas comerciales, autopistas, construcciones inexistentes para quienes sólo
atienden a obras firmadas y fieles a algún estilo catalogado. Hasta en la
hamburguesa intuyó una arquitectura fantástica, “apoteosis simbólica”: en una
ciudad en la que la movilidad desplaza a la monumentalidad, el que corre puede
comerse su hamburguesa con una mano. Pero, si parara y la pusiera en un plato,
la carne, la guarnición y las salsas compondrían un bodegón, una obra de arte visual,
gastronomía decorativa.
Como quien aprende italiano para
leer a Dante, Banham aprendió a conducir para leer Los Ángeles, ´primer
monumento al automóvil´". Leer para ver
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