jueves, 25 de febrero de 2016

El niño que inventó una palabra

  •  Un niño asombra a Italia con una nueva palabra: ´petaloso´
  •  La Academia de la Lengua felicita a Matteo, de ocho años, que inventó el término

Pablo Ordaz | Roma | 25 Feb 2016

La historia comienza hace tres semanas en una clase de lengua de tercera elemental –chavales de ocho años, el equivalente a tercero de primaria en el sistema español—del colegio Marchesi de Copparo, un municipio de unos 16.000 habitantes en la provincia de Ferrara, en el norte de Italia. Ese día toca hablar de los adjetivos. Y el pequeño Matteo aplica a una flor –que en italiano es masculino, “ fiore”— el adjetivo “petaloso” para explicar que está llena de pétalos. La palabra no existe en italiano y por tanto la maestra, que por cierto se llama Margherita, señala la respuesta como fallida. Pero no se queda ahí. “Cuando corregí el examen”, explica Margherita Aurora al Corriere della Sera, “marqué 'petaloso' como un error, pero añadí un círculo rojo para señalar que se trataba de un bello error. La palabra me gustaba, y por eso se me ocurrió preguntar la opinión de la Crusca [la Accademia della Crusca, el instituto nacional para la salvaguarda del italiano]”.

La maestra Margherita no toma la iniciativa en solitario, sino que recuerda a sus alumnos para qué sirve la academia de la lengua y le pide a Matteo que sea él mismo quien se dirija a la Crusca para solicitar la entrada de su palabra inventada en el bello jardín del italiano. La historia, una pequeña historia de un pequeño pueblo del norte de Italia, se hubiese marchitado ahí si no fuese porque el martes el cartero deja una carta en el colegio Marchesi dirigida a Matteo. El membrete, nada más y nada menos, era de la “Accademia della Crusca, vía di Castello, 46. Firenze”.

Inicio de la carta de la Academia a Matteo
Con una emoción y una algarabía fáciles de imaginar, la profesora abre la carta delante de sus alumnos y lee el texto firmado por Maria Cristina Torchia, consejera lingüista de la Crusca: “Querido Matteo. La palabra que has inventado es una palabra bien formada y podría ser usada en italiano, como son usadas otras palabras formadas de la misma manera. Tú has puesto juntas pétalo+oso=lleno de pétalos, con muchos pétalos”. La representante de la academia pone incluso algunos ejemplos, como “pelo+oso= peloso, lleno de pelos o con muchos pelos”. La carta concluye explicando al pequeño Matteo que, para que una palabra nueva pueda entrar en el vocabulario, “no es suficiente con que sea conocida y usada solo por quien la ha inventado, sino que la usen muchas personas y que muchas personas la entienda”. Y, lo más curioso y tal vez lo más emocionante, la academia de la lengua italiana da un consejo a Matteo: “Si logras difundir tu palabra entre muchas personas y muchas personas en Italia comienzan a decir y a escribir 'com’e petaloso questo fiore!' o, como tu sugieres, 'le margherite sono fiori petalosi', entonces 'petaloso' se convertirá en una palabra más del italiano”.

Dicho y hecho. A través de su cuenta de Twitter, la profesora Margherita Aurora envía el martes un mensaje en el que cuenta la historia y su satisfacción por la imaginación de Matteo y por la respuesta de la academia: “Para mí vale como mil lecciones de italiano”. El resto lo hacen las redes sociales. Hasta el jefe del Gobierno, Matteo Renzi, se congratula en Twitter de la inventiva de su tocayo: “Gracias al pequeño Matteo, gracias a la @AccademiaCrusca Una historia bella, una palabra nueva #petaloso

domingo, 21 de febrero de 2016

Desde contra con

Pedro Sánchez pretende gobernar España “desde el diálogo y la moderación”. Pablo Iglesias asegura que formaría parte de ese Gobierno “desde la lealtad”. El PP valenciano quiere regenerarse “desde la honradez”. Mónica Oltra propone resolver los conflictos “desde la tolerancia”, y Florentino Pérez envía a los socios del Real Madrid un vídeo realizado, dice, “desde el sentimiento que nos une”.

Este uso reciente de la preposición “desde” donde se esperaría su compañera “con” se extendió entre personajes públicos y periodistas a finales del pasado siglo y principios de éste. Y tanto se ha extendido ese desde, que incluso en la vida cotidiana nos topamos de vez en cuando con alguien que nos habla “desde el cariño”, o “desde la sinceridad”, o se nos confiesa “desde el corazón” (menos mal que no hemos oído todavía “desde el corazón en la mano”).

La preposición “desde” sirve para denotar que algo procede de un punto concreto. Eso lleva aparejada la idea de que el lugar de destino se encuentra alejado de aquél. Así, una persona puede decirle a otra que la llama desde Pekín o desde Badajoz, para lo cual suele suceder que su interlocutor no se encuentre ni en un sitio ni en otro.

De igual modo, si una amiga nos habla “desde el cariño” y un político se dirige a nosotros “desde la sinceridad”, nos están diciendo que ellos se encuentran allí y nosotros no. Por el contrario, cuando alguien habla “con sinceridad” entendemos que tal actitud anida en su ser y lo gobierna. Y que eso no excluye que nosotros alberguemos el mismo ánimo y nos sintamos cercanos a nuestro interlocutor para hablarle de idéntica manera; con sinceridad, o con humildad; con el corazón en la mano o con la mano en el corazón (que ambas opciones valen).


Pero la preposición “desde” da a entender que la sinceridad o la honradez o la humildad no se hallan en el hablante, sino que, al revés, él se encuentra en ellas, como si estuviera de pie sobre esas cualidades y nosotros le escucháramos a una cierta distancia, alejados de tan honrosa ubicación.

Alberto Méndez, el más famoso autor desconocido

  • ‘Los girasoles ciegos’ prosigue su reconocimiento universal como obra maestra 12 años después de la muerte de su autor
Alberto Méndez
Fue editor, empresario, guionista, traductor, comunista, pescador, cocinero, fabulador en cafés clandestinos, vital, iconoclasta, lector contumaz, agitador universitario… Pero muy pocos sabían que Alberto Méndez(Madrid, 1941-2004) también pergeñaba cuentos que a nadie quería leer y urdía en silencio, como un secreto indescifrable y valioso, en la caja del tesoro bajo siete llaves de su terror discreto a no ser entendido.
Sabía lo que se traía entre manos con aquellos relatos que llevaban el hilo coherente de la nobleza y la ignominia, a partes iguales, bajo el epígrafe de cuatro derrotas: las historias, mitad autobiográficas, mitad hijas de realidades ajenas, que compusieron su única obra maestra, Los girasoles ciegos (Anagrama), y que han impactado ya a más de medio millón de lectores en todo el mundo.
Un libro que se defendió sólo desde el principio. Cuando Jorge Herralde lo editó, Méndez apenas pudo saborear su éxito. Murió meses después de verlo en la calle y antes de recibir el Premio de la Crítica, el Nacional de Narrativa o de saber queRafael Azcona y José Luis Cuerda lo llevarían al cine y que un enorme puñado de editores en 16 países, lo convertirían en un fenómeno de impacto global.
Tampoco que 10 años después de su muerte se celebraría un congreso sobre el libro en Zúrich –organizado por las profesoras Itziar López Guil y Cristina Albizu- y que esas actas formarían un volumen que acaba de publicar Antonio Machado Libros. Su amigo, también editor, librero y distribuidor, Miguel Visor, fue de los pocos que acompañó a Méndez en su aventura literaria hasta el final. “Pocas semanas antes de morir, le llamé y le dije que estaban a punto de lanzar otra edición de su libro. Me mandó a la mierda. Creía que se lo decía para animarlo. ¡Pero era verdad!”. Visor y su amigo Alberto Corazón se encargaron de convencer a Herralde de que lo publicara. “No costó nada. En 48 horas dijo que sí”, comentan ambos.

Moda: extranjerismos con equivalente español

A pesar de la recomendación general de evitar los extranjerismos siempre que tengan equivalentes en español, en este mundo de la moda hay términos extranjeros ya asentados en nuestra lengua, como vintage (ropa de hace más de veinte años o inspirada en ella), prêt-à-porter (ropa hecha en serie), atelier (taller de creación de moda) youtlet (tienda de productos descatalogados y rebajados).
Se recuerda también que siempre que se utilice el extranjerismo lo adecuado es escribirlo en cursiva o, si no se dispone de ese tipo de letra, entrecomillado.
Con motivo de los diversos eventos y encuentros de moda que se programan a lo largo del año por todo el mundo y de la expansión de la prensa especializada en este sector, es frecuente encontrar en los medios de comunicación términos extranjeros que se recomienda evitar y utilizar en su lugar sus respectivas alternativas en español. Cabe destacar los siguientes: 
backstage: bambalinas, bastidores
casual: (estilo) informal
celebrities: famosos
denim: tejido vaquero, mezclilla
fashion trendy: de última moda, de moda, lo último, tendencia
front row: primera fila
it-girl: chica de moda, chica icono
look: imagen, estilo, aire
make up: maquillaje
must o must have: (prendas, accesorios…) imprescindibles o infaltables
print : estampado
shooting: sesión fotográfica
shopping: ir de compras
showroom: salón de exposición
sneakers: (zapatillas) deportivas
sport wear: ropa deportiva
stretch: elástico
top model: supermodelo


miércoles, 10 de febrero de 2016

La española inglesa


En 2016 se conmemora el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. En noviembre de 2015 TVE emitió esta adaptación de una de sus novelas ejemplares. Macarena García y Carles Francino interpretan a la pareja protagonista. La española inglesa es una gran historia de amor y aventuras ambientada en los últimos años del siglo XVI. Dirigida por Marco Castillo, el guion lo escribieron Pilar Nadal, Felipe Mellizo y Guillermo Cisneros.




Azulejo conmemorativo en la ciudad de Sevilla

La novela comienza así:

Entre los despojos que los ingleses llevaron de la ciudad de Cádiz, Clotaldo, un caballero inglés, capitán de una escuadra de navíos, llevó a Londres una niña de edad de siete años, poco más o menos; y esto contra la voluntad y sabiduría del conde de Leste, que con gran diligencia hizo buscar la niña para volvérsela a sus padres, que ante él se quejaron de la falta de su hija, pidiéndole que, pues se contentaba con las haciendas y dejaba libres las personas, no fuesen ellos tan desdichados que, ya que quedaban pobres, quedasen sin su hija, que era la lumbre de sus ojos y la más hermosa criatura que había en toda la ciudad.

martes, 9 de febrero de 2016

El misterio de los anónimos

Cuadro de Magritte
La llegada a las librerías de La pasión de Mademoiselle S. (Ed. Seix Barral) pone nuevamente de relieve el misterio de los escritores anónimos. En un mundo dominado por el ego y el personalismo absolutos, ¿qué razones encuentran algunos autores para disfrazar e incluso ocultar su identidad? ¿Aporta interés especial a un libro no dilucidar el género, procedencia y época de su autor? Posiblemente así sea. Sin embargo, permanecer anónimo también promueve la reflexión por el contenido sin tener en cuenta el contexto en el que fue escrito.
Magritte
En muchas ocasiones, esconder el nombre del escritor sirve precisamente para poner el foco sobre él. Así pues, ¿qué razones hay para que una obra quede anónima o seudónima? “Las razones por las que un autor prefiere permanecer en el anonimato no difieren de las que esgrime para optar por un pseudónimo, sobre todo en la exposición de ideas que pueden acarrearle persecución política o personal por los asuntos y personas mencionados en la obra”, afirma Jorge Seca, traductor, entre otras, de la célebre obra anónima Una mujer en Berlín, publicada por primera vez en 1954.
Existen otros motivos que, aunque menos graves, son frecuentes: “Está también la inseguridad del autor ante su propio trabajo o el puro juego de inventar autores en la metaliteratura”, dice Seca. Una mujer en Berlín relata los hechos de los últimos días del nacionalsocialismo en Berlín. Unos sucesos sobrecogedores que incluían la violación sistemática de mujeres alemanas por parte de los soldados soviéticos. En este sentido, la decisión de permanecer en el anonimato convierte a este diario de Anónima en una obra reivindicativa y eficaz: “Si Anónima hubiera optado por poner su nombre o un pseudónimo a su diario, el efecto de su obra habría quedado reducido al estrecho ámbito de esa persona. Así, Anónima son todas la mujeres víctimas”, relata el traductor.
Si la traducción se nutre también del entorno en el que autor se inserta, ¿qué sucede con el autor anónimo? “Me basta con escuchar la voz del narrador y las voces de sus personajes para intentar trasladar esa obra al español, si bien admito que si se conoce al autor por otras obras, resulta más familiar la elección del vocabulario y esto facilita la tarea de la traducción”, concluye Seca.
Si la ocultación —voluntaria o forzosa— del autor se asocia con el anonimato, el disfraz de la identidad sería más propio del seudónimo. Marie-Henry Beyle empleó varios nombres para firmar sus libros. De todos ellos, el único que trascendió fue el de Stendhal. Samuel Langhorne Clemens escribió en 1865 un relato titulado La famosa rana saltarina de Calaveras como Mark Twain. A partir de ese momento sería recordado siempre por ese nombre. También conviene tener en cuenta razones más asociadas a la literatura de tradición oral e incluso como herramienta de intriga promocional. “Creo que el caso del seudónimo es algo diferente, y diferente es el resultado si el autor utiliza el seudónimo para abrir una nueva línea en su obra, como John Banville con Benjamin Black o si el nombre real nunca es revelado, como en el caso de Elena Ferrante, que despierta la curiosidad de medios y lectores”, afirma Elena Ramírez, directora editorial de Seix Barral.

El texto completo en El País

¿Andara o anduviera? Errores gramaticales en canciones clásicas del pop español

  • Verbos mal conjugados, concordancias eludidas… El que tiene boca (para cantar) también se equivoca.
Vaya por delante una aclaración, de buen rollito: no hace falta llamarse Lope ni Garcilaso para escribir la letra de una buena canción pop. Dicho lo cual, reconozcamos que incluso nuestros autores más acreditados han cometido patinazos llamativos, sobre todo en lo tocante a conjugaciones verbales, concordancias y esas cositas que tiene esta hermosa y cervantina lengua nuestra.
Aquí hemos recopilado unos cuantos, a título de curiosidad. Sin ánimo de incordiar, pues, y solo por sugerir mejoras en nuestro acervo (que no acerbo) lingüístico, anoten esta decena de fallos. Admitiendo de antemano eso de que “el que tiene boca se equivoca”. 
1. Mecano: “Tú contestastes que no” (de La fuerza del destino, 1988). Las canciones de estos mozalbetes darían para un artículo entero sobre versos dudosos, chirriantes o fallidos, pero ninguno tan flagrante como ese “te dije, nena, dame un beso / tú contestastes que no” (lo correcto es contestaste) que nos endiñaron en la famosa La fuerza del destino. Ay, esas eses bravías en las segundas personas del singular del pretérito de indicativo, cuánto daño han hecho… (“Fuistes lluvia y fuistes flor”, aseguraba Mari Trini, a menudo tan buena escritora, en su Canción vieja). El tema de Mecano, seguramente uno de los más repelentes que haya escrito nunca Nacho Cano (en modo “macho Alfa”), incluye otros versos tan líricos como “estas son solo un par de estrechas” o “no sé si esa cara tan rara / un ojo aquí y un diente allá”. José María, el hermano sesudo, era en cambio capaz de escribir perlas como “La cara vista es un anuncio de Signal” (Me cuesta tanto olvidarte).