Palabras
mecano
El español no dispone de las
innumerables palabras monosilábicas del inglés, pero tampoco abusa de los
vocablos muy alargados. Los hablantes rara vez estamos dispuestos a pronunciar
más de nueve sílabas en un solo término. Por ejemplo,
"anticonstitucionalmente". Se trata de palabras mecano, formadas con
una raíz y multitud de prefijos y sufijos. Raras, y por tanto con apariencia de
elegantes.
Los
políticos abusan de estas fórmulas, que suelen sonarnos ajenas. Nuestra
desconfianza se activa quizás con dos indicios: lo artificioso del vocablo y el
hecho de que sólo se pueda pensar en su lado bueno, pues casi nunca tienen un
antónimo simétrico. Por ejemplo, para encontrar la acción opuesta a
"posicionarse" o "posicionamiento" tenemos que acudir a la
raíz sustituida y recordar "definirse" o "concretar", y
recorrer luego el camino hasta "indefinición" o
"inconcreción", pues a nosotros no se nos ocurriría decir contraposicionarse o desposicionarse. Y en otro
invento político como "redimensionamiento" ni siquiera sabríamos si
el antónimo equivale a "reducir" o a "ampliar", pues la
palabra misma oculta sus pretensiones (por algo será).
Cambiazos eufemísticos
Uno de los más recientes
cambiazos eufemísticos nos ha arrojado sobre la mesa el alargado vocablo
"externalización".
Ni ese
sustantivo ni su verbo, "externalizar", figuran en el Diccionario.
¿Y cómo habremos podido entonces vivir tantos años sin estas palabras,
cuando la acción que representan no se ha inventado ahora?
Podemos
contestar que no usábamos antes "externalización" porque tal cosa se
llamaba "contrata" o "subcontrata", que son las ideas
sustituidas por este palabro. Las críticas que se asociaron a esos términos, y
quizás la mayor proporción de accidentes laborales en las subcontratas de la
construcción, incitaron a inventar otro vocablo que prestigiara tal ardid
cuando concerniese a los servicios públicos. Y para ese menester las palabras
largas siempre se han considerado un valor seguro. De vez en cuando se
convierten incluso en frases: "privatización de la gestión",
"liberalización del servicio", "gestión indirecta".
En Madrid
hemos hablado de que la recogida de basuras está externalizada, y de que se ha
pretendido lo mismo con la gestión de algunos hospitales. Estos procesos de
externalización permiten a las autoridades vanagloriarse de lo que salga bien y
desentenderse de cuanto resulte defectuoso.
¿Casting, próximo eufemismo de censura?
La música que alegra calles y
parques se hallaba externalizada en Madrid. El uno llegaba con su flauta, aquel
con su violín, el otro con su guitarra, y se ponían a interpretar desde un
narcocorrido hasta una canción de misa.
Los
artistas habían establecido una contrata con el público, que los premiaba
mediante esas monedas que brotan solas de bolsos y bolsillos; los bendecía con
su silencio o los miraba con displicencia, a gusto de cada paseante. ¿A usted
le encantaba ese saxofonista? Pues sepa que ahora está ante un saxofonista
tutelado, con garantía de calidad y denominación de origen. La autoridad les
exige papeles, los examina, los aprueba o suspende, les expide certificados.
Sin normas conocidas y, por tanto, arbitrarias. Ahora mira la calidad, mañana
quizás las letras (pero diciendo que mira la calidad). En esto se ha producido
una nueva expropiación de la calle, y también de las palabras. Podían haberlo
denominado internalización, sin
embargo se llamó casting. Ya está todo
listo para que algún día ese vocablo pueda funcionar como eufemismo de la
censura. Leer más
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