Portada de 3 de mayo de 2011 |
No es la primera vez que se acude al participio “eliminado”
en relación con acciones de Estados Unidos contra dirigentes terroristas. Lo
escuchamos tras la muerte de Bin Laden. Se usó así para el ametrallamiento de
un hombre desarmado la misma palabra que oímos cuando un tenista no pasa a la
siguiente ronda de un torneo.
3 de mayo de 2011 |
Edición digital de 10 de diciembre de 2015 |
No parece coherente decir que Bin Laden o Abu Musab al
Zarqaui fueron “eliminados” si no se ha utilizado ese mismo verbo para
referirse a los atentados de los GAL (cuyas vinculaciones con cargos del
Ministerio del Interior fueron demostradas en juicio).
“Asesinado” y “eliminado” son vocablos sinónimos según el
sentido moderno de este último, pero no reflejan el mismo pensamiento. El
primero condena; el segundo comprende. Por tanto, la elección sobre su uso
entraña un juicio, que a su vez puede ser enjuiciado. Y una hipotética doble
vara de medir sugiere que alguien analiza cada caso a tenor de sus intereses, y
no en función de una ética general que se aplica con equidad para hechos
similares.
Todo doble rasero necesita un doble lenguaje, y parece que
aquí tenemos un buen punto de partida para reflexionar al respecto.
Extracto del artículo a Álex Grijelmo. El artículo completo Terroristas eliminados
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